miércoles, 19 de mayo de 2010

Bertold Reid. Quinta parte: El Manuscrito de F.

Me ha gustado mucho el giro que le ha dado a la historia pero permítame agregarle algunas cosas que ahora estoy pensando sobre la marcha. Estaría bien que Reid vaya a ver a Katherine (él va sin avisar, de sorpresa, K. no lo espera). Ella, que se lo figuraba distinto físicamente (debido a la mentirosa descripción de Burke) no lo reconoce y lo rechaza. Reid insiste en ser Reid, pero ella lo echa, no le cree. Tiempo más tarde, Katherine vuelve a recibir correspondencia de Reid (escrita por Burke). Seducida nuevamente decide acceder a una cita propuesta por Reido-Burke. (A esta altura, Burke comienza a mostrar una no leal curiosidad por conocer a la amante epistolar de Reid, por lo que concerta el encuentro sin avisarle a éste. Hacía tiempo que Reid se había resignado a no volver a tener noticias de K. Katherine así mismo, accede a la cita, como ya se dijo seducida por la personalidad misteriosa de Reid, pero ya sea porque considerase que el verdadero Reid había sido un impostor, o ya por que tal vez abrigando la sospecha de que hubiera sido el verdadero, y en este caso quisiera darle una segunda oportunidad, decide no mencionar el encuentro anterior en la carta, por lo que accede a la cita sin levantar la menor sospecha en Burke. A todo esto, la proximidad de la muerte en Reid (o mejor dicho su hipocondría que lo lleva a sospechar ésto) opera en él un cambio de espíritu que hace que decida dejar su confinamiento para ir a ver repentinamente y sin aviso a ver a Katherine (cuyo seudónimo epistolar podemos establecer a esta altura como el de "Cósima") aunque sea por última vez. Es así que tenemos a Burke yendo a ver a Cósima, suponiéndose Reid. Katherine, suponiéndose Cósima, esperando a Reid (Burke). Y a Reid verdadero que intentando malograr las posibilidades de un nuevo rechazo, a último momento decide ir disfrazado ocultando su cadera bajo una capa y presentándose como el rico heredero Burke, (Burke usaba capa). Burke y Katherine aprovechan la ocasión de un baile de disfraces que seria celebrado por algún personaje importante para concretar la cita. Burke lo propone y Katherine accede, ambos están entusiasmados por el misterio que propone la ocasión. Los dos llevaran cubiertos sus rostros, se reconocerán por un detalle en los vestidos. La misma tarde en que se va a celebrar la fiesta, Reid (el verdadero) llega a la casa de Katherine. Al no encontrar a nadie, deja una nota invitando a Cósima a una fiesta de disfraces a celebrarse esa misma noche, firma la nota como el rico heredero Burke. Katherine lee la nota, y asustada, pensando en una broma del verdadero Burke, decide no ir a la fiesta por temor a que éste descubra su engaño. Así, decide no ir, sin poder avisarle a tiempo a Reid (Burke) que sí va. Es así que a la fiesta van Reid disfrazado de Burke, y Burke disfrazado de Reid. Esa noche ninguno de los dos se reconoce (los dos llevan sus rostros cubiertos) y ambos estarán en vano esperando a Cósima. Ahora bien, Reid está un rato en la fiesta, y al no encontrar a Katherine decide ir a casa de ésta, obsesionado con verla, aunque sea por última vez. Se presenta a la criada como Burke. Cósima, asustada y pensando que la persona que está a la puerta es el verdadero Burke, decide ir a su encuentro para confesarle toda la verdad, y esperar lo peor. Cuando ve que Burke no es Burke, lo echa nuevamente llamándolo impostor, ya que debajo de la capa adivina una cadera que no es la de su prometido. Reid en ese momento, decide dar a conocer su verdadera identidad. Cósima, enfurecida lo echa de su casa llamándolo doblemente impostor. Reid, apesadumbrado abandona el lugar. Tiempo mas tarde, Katherine decide comentar el incidente con Burke describiéndole a un hombre que se hizo pasar por él. Burke, adivinando la fisonomía del impostor, decide romper la amistad con Reid mandándole una carta en la que con duros términos le recrimina la impostura. Katherine olvida para siempre a Reid y jamás le confesará a Burke nada acerca de su historia como Cósima. Burke, hace lo propio con ella. Reid vuelve a Escocia, pero decidido a seguir pretendiendo ser otro, ahora también para su familia, se presenta como el rico heredero Burke. El padre, que rápidamente reconoce la mentira debajo de la capa, lo encierra en su habitación. Este es el comienzo del periodo filosófico de Reid. Confinado en su habitación, vestido con capa, y firmando sus ensayos como R. H. B., pasará sus últimos años de vida escribiendo lo que hasta ahora se conocía como obra del filosofo R.H. Burke.

F.

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