miércoles, 19 de mayo de 2010

Bertold Reid. Cuarta Parte: Notas sobre su vida amorosa.

No es poco lo que se sabe acerca de este tema. Según Irene Cohglan en su ensayo antes citado, Reid habría devuelto misógino luego del abuso que le habría propiciado su madre durante aquel año de depresión. Sin embargo, hemos descubierto una carta, firmada por un tal F. (luego de varias cavilaciones sospechamos que la misma habría sido escrita por Ferdinand de Boteaux) en donde se nos sorprende con una insólita hipótesis: un triángulo amoroso entre B. Reid, Katherine Von Yánnover (novia de Burke) y Burke. Desconocemos si la carta que F. escribe se corresponde con la realidad o si sólo es un producto de la imaginación de este gran escritor cabalístico. Nos inclinamos a pensar que se trata de un intento de Ferdinand de Boteaux por reconstruir, a través de la correspondencia hallada, la vida amorosa de Reid, pero nos abriga la sospecha de que en su intento por arribar a una conclusión haya cubierto los huecos dejados por la poca y fragmentada evidencia, con su febril imaginación. Es decir, lisa y llanamente, inventado hechos allí donde no nos consta que ocurrieran. Sea como fuere, incluimos el manuscrito ya que contiene datos que se corresponden con la realidad y es por el momento la única hipótesis que, aunque extraña, ha llegado hasta nosotros; incluso también nos inquieta la primera oración de su manuscrito en la cual F. parece dirigirse a otra persona, pero sospechamos que tal vez podría estar escribiéndose a sí mismo. Esto es algo que Ferdinand de Boteaux acostumbraba a hacer. Sabemos gracias a su biógrafa, Alesna Karachoff, (en su libro "Ferdinand de Boteaux para principiantes") , que... "Ferdinand solía escribirse cartas a sí mismo como si estuviesen dirigidas a otra persona. Acostumbraba a hacer ésto para darse ánimos en ocasiones en las que atravesaba un delicado trance o cuando debía tomar una difícil decisión..." Otra hipótesis es que firmara con una lacónica F. para protegerse en el anonimato en caso que sus conclusiones fueran erróneas o se descubriera que estaba inventando los hechos. Sea como fuere, el manuscrito de F. contiene datos verídicos, pero en honor a nuestro rigor historicista bien podremos indignarnos aquí con nuestro querido Borges: "Que la historia hubiera copiado a la historia ya era suficientemente pasmoso; que la historia copie a la literatura es inconcebible..." Temor sentimos ahora nosotros, quienes escribimos este ensayo acerca de Reid, de que alguien en los más remotos confines del universo esté escribiendo en este instante nuestra propia biografía, inventando los más precisos detalles de nuestras acciones de las que, pobres ilusos, nos creemos dueños. Pero no seguiremos esta línea ya usada. Continuemos con Reid.

Se estima que rondando sus veinte años, ansioso por conocer a quien le escribiera amorosas cartas anónimas durante los últimos dos años, se habría escapado de su habitación durante la noche para asistir a una fiesta de disfraces. Se deduce lo anterior de un traje de capa y antifaz que se hallaran en su habitación luego de su muerte, y que le hubieren servido de disfraz para ocultar no sólo su rostro sino también su prominente cadera. Para poder comprender mejor este manuscrito, ofrecemos al lector, en el párrafo siguiente, una suerte de guía de la vida de Reid que va desde el incesto a la fiesta de disfraces.

Burke le escribe a su amante Katherine, acerca de Reid. Esta se interesa en Reid y le escribe de incógnito utilizando el seudónimo de Cósima. Reid recibe la carta, y no le contesta ya que esta decepcionado de las mujeres, pero le comenta el incidente a Burke, éste, tratando de hacerle un favor, se hace pasar por Reid y le escribe a Katherine. Vale aclarar, como es obvio, que Burke no sabe que Katherine es su Katherine Esto ocurre durante algún tiempo hasta que Reid un día junta valor y le escribe a Katherine. Entonces Kathy al recibir cartas de Reid verdadero y de Reid-Burke piensa que Reid está loco, que sufre de esquizofrenia y se lo comenta a Burke, quien, perplejo, se va un rato.

Más adelante el lector tendrá la feliz oportunidad de cotejar las epístolas que entre ellos se hayan escrito y que hemos recopilado para esta investigación, con el manuscrito de F. Queremos dejar en claro que si bien el manuscrito puede ser puro invento, no podemos asegurar que las cartas que aquí enseñamos no lo sean en igual manera. Investigando más sobre la vida de Katherine podremos decir de ella que pertenecía a la alta alcurnia y que era una mujer muy bella, de visibles 1,82 m de altura y hermosos ojos grises. Graduada en medicina, siendo, como Burke, diez años mayor que Reid, habría captado la atención de éste no sólo a causa de las amorosas cartas que ésta le enviara sino también para tratar de sacar provecho de su profesión con el fin de curar su mal. En vano ha tratado Reid de lograr concretar un encuentro con Katherine. Sin embargo, más adelante Reid pinta un retrato de ella, con tal fidelidad que sería casi imposible pensar que no la hubiese tenido posando frente a él aunque sea una vez. Con respecto a si la misma hubiese sido capaz de curar la terrible enfermedad de Reid, sólo eran, éstas, ilusiones suyas. Nadie en ese momento conocía la cura a esa dolencia. Incluso hoy en día se ignora cuales son las causas de semejante afección. (Para consultar más sinónimos de enfermedad ver: Diccionario de sinónimos, acepciones e ideas afines. Editorial H.F. S.A.)

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